viernes, junio 06, 2008

cadaver_005

Jaime Obispo, Carlos Giffard García, Gilberto Ali Crespo, Woendolyne Hernández Corona

[ Panteonero Cadaver ]

Si quiero salir tengo que pensar en dar un golpe y abrir la madera,
romper la tierra y amenazar con la mano enterrada de panteón;
blandir el leño que dormía de siglos
y con voz de caverna anunciar el comienzo de la fiesta:

Los conflictos reestructuran el paisaje, agitarse y seguir nadando
crean lágrimas, pero una logra caminar sobre la nada
para hundirse en el océano diáfano y fluido
de la sangre de un animal enfermo,
salen heridas olor azufre, vive en el encierro rodeado de tierra
y excremento, camina en los jardines flotantes marchitando flores;
huele despacio cada objeto, cada ramificación,
se encamina tambaleando a su deseo de muerte
se retira aficionándose a todo lo nuevo
Al menos regreso a casa, aunque no es mía
Regreso al lugar donde todo comenzó
y esta vez reafirmaré porque decidí
En este punto
Todo aquello decidido para salir al mundo.

Por eso rompí la tierra, por eso la madera se quebrantó ante la fuerza
de un puño lleno de sentimiento actoral,
Porque he creído estar vivo
y lo he pensado e idealizado, soñado, comprendido
y sé el resultado de saltar e hundirme
en el pequeño instante en que dejo de registrar lo que pasa
y pasaba a ser parte del pasado.

Pero el pasado no existe, es sólo una manía de la mente, igual que el futuro;
se convierte en lo imaginable, lo importante, es el momento efímero entre tú y yo
en el cual en medio hay un abismo lleno de fresas podridas
un asqueroso manjar que mitiga el dolor de la muerte,
una olorosa miasma como miel bondadosa
que nos da de beber, y sonreímos,
y no rajamos, no se puede, la muerte tiene que ser algo más espontáneo.

Cómo puede resurgir
de las cenizas un ave de fuego,
cómo puede enamorarse de una serpiente entre la hierba de una tierra panteonera
con tiernos plantíos y valses para enamorados
con los que el mundo se pone a cantar canciones tristes
aceptando lo que quieren ser y lo que no pueden ser;
no lo haces, no lo puedes aunque lo intentes y lo intentes, no podrás
por eso ni la tierra, ni la madera se abren para amenazar las flores marchitar.

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